Pienso en que estoy más cerca del cielo y se me empaña la máscara de plástico. Vivimos tiempos donde emocionarse incómoda.
No importa cuando me suba a este avión porque inevitablemente siempre será tarde. No existe el momento perfecto para hacer ciertas cosas.
Limpio la pantallita de mi asiento, hoy huérfana de manos que quieran tocarla, y me sorprendo que después de mi sobredosis de alcohol en gel todavía funciona. Viajar y ver películas era algo que mi yo del pasado disfrutaba. Hoy no extraño los aviones ni tampoco ir al cine. Mi vida y el mundo cambió. Algunas cosas con el tiempo volverán pero yo sé que no seré el mismo de antes y esa nostalgia un poco duele.
Next. Next. Next. Voy pasando películas como canciones de un playlist con la convicción de que solo quiero dormir y despertarme en destino. Tengo la capacidad de dormirme de manera inmediata en cualquier lugar y cualquier posición. Ese es mi súper poder que Spiderman y Batman envidiarían y que hoy pienso usarlo.
El jardín secreto. Scooby do. Bad Boys. Los ángeles de charly. Mujercitas. Y como alerta de celular, en mi cabeza salta una imagen. La de un post de Instagram que @santiagolivera sobre la película “Mujercitas” (Little Women)
No se porque mi memoria selectiva con criterios cuestionables decide guardar eso en mi cabeza y olvidar cumpleaños, aniversarios, contraseñas de Zoom y muchas otras cosas que (parecerían) ser más importantes.
Su comentario sobre la película incluía aclaración: “Buenísima. Si, leíste bien”. Y aunque es categoría ‘Drama’, y está claro que ni yo ni el mundo necesitamos uno más, le doy Play.
Ciento treinta y cuatro minutos bellos. De recuerdos. De pérdidas. De encuentros. De dolor. De amor. De hermanos. De familia. De la vida. De la muerte. De búsqueda. De sublimar. De libros. De duelos. Y de repente vuelvo a confiar en mi memoria y siento que quizás este sí sea el momento correcto (No perfecto) para hacer este viaje.
Argentina ahí voy. ??