Los empacadores de recuerdos

** Escrito hace 8 años, un 12/12/12 **

Cualquier ruido, por pequeño que sea, toma un protagonismo desproporcionado en una casa vacía. Cada tecla que presionó mientras escribo esto suena como un martillazo.

Los lunes son días complicado para hacer casi cualquier cosa, mucho más una mudanza. Que es algo complicado en cualquier momento de la vida.

Estoy solo, en una dormitorio que me resulta desconocido desde que pasaron los hombres de chomba, los magos del corrugado, los empacadores de recuerdos.

Se mueven por mi casa como si hubieran vivido aquí toda la vida, cosa que ellos no han hecho y yo tampoco, y lo agradezco como buen nostálgico que soy para hacerme la vida más fácil.

Ellos no tienen sentimientos. Eso que podría parecer una carencia es sin duda una requisito fundamental que les permite hacer mejor y más rápido su trabajo.

Con la frialdad de un cirujano, donde un vaso de plástico es igual que una foto familiar, y un costurero igual que el chupete de mi hijo, todo termina en caja iguales.

Previo a toda mudanza hay una revisión exhaustiva de cada objeto para justificar su continuidad o su destierro. Esa es quizás la parte más conflictiva de todo esto y mucho más si uno esta “in a relationship” como diría Facebook. Donde cada decisión será apelada y justificada sin fundamentos comprobables por sus dueños.

Los expertos en trinchetas (buen titulo para una de Olmedo y Porcel) ya han convertido cada uno de mis objeto, con sus virtudes y sus defectos, en una pieza de cartón corrugado marrón y sin identidad. Como si fuese una maldición de faraón egipcio previa a jugar al tetris en ese camión que siempre esta mal estacionado.

Me saludan, me entregan unos papeles que obviamente no leo y se van con mis recuerdos.

Desnudo, los veo alejarse con gran parte de mi vida que volveré a ver dentro del suficiente tiempo como para poder extrañarlas y en otro país lo suficientemente lejano como para que cada una de esos objetos tenga una misión mucho mas importante que la funcionalidad por la que han sido creados. Hacerme sentir que estoy otra vez en casa.

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